Son las once de la mañana del sábado 10 de mayo y recién termino de hablar por teléfono con Alejandro. Está ansioso esperando que le den el alta. Probablemente sea hoy mismo. Todo depende del resultado de los análisis.
También aproveché para leerles los comentarios que han dejado al post anterior. Se emocionó y volvió a admirarse (volvimos a admirarnos) de la tremenda potencia que tienen las redes. Les agradezco un montonazo a todos.
Cuando lo vi, el jueves pasado por la noche, estaba «como siempre» (charlatán, de buen ánimo) nada más que en cama. Eso me puso muy contento. Charlamos mucho mientras en la tele pasaban «Troya». Ahí descubrí que al Ale le gustan las pelis de romanos. Le conté sobre el anterior post y me dijo que había intentado leerlo por el celular pero no pudo. Se quedó con las ganas 🙂
En donde no se queda para nada con las ganas es en morfar. La verdad que la próxima vez que salga a comer afuera voy a ir al Hospital Alemán. La noche que estuve le sirvieron: sopa; pollo con salsa de berenjenas arriba; peras al vino tinto, de postre. Así que, en ese aspecto, no está nada mal nuestro amigo.
Bueno, creo que ésta es mi última contribución en el blog. Muchísimas gracias por los comentarios del post anterior.